Una vez escuché a Julia Child comentar que los cocineros caseros a menudo se le acercaban y le decían que les gustaría hacer esta o aquella receta suya, pero que no conseguían o no podían obtener los ingredientes. Su respuesta: «Bueno, por el amor de Dios, ¡usa lo que tienes!» Ya que estaba haciendo esto la undécima hora antes de la cena de Acción de Gracias y me di cuenta con horror de que había olvidado comprar jarabe de arce puro, finalmente seguí el consejo de Sra. Niño. Usé lo que tenía, el de la Sra. Butterworth, en otras palabras, jarabe de maíz con sabor a arce. Me preocupaba que el postre fuera demasiado dulce, pero estaba bueno. Que…